El hombre en la filosofía clásica griega
El hombre en el pensamiento clásico griego antiguo resumen
Si vas a Atenas y subes al Partenón, notas un hormigueo en el estómago, sabes que estás en casa, sabes que estás en la cuna de la civilización occidental. Pero hace 2.700 años, los griegos aún no lo sabían. Estaban organizados en ciudades-estado (la polis) en continuo conflicto con el persas y entre ellos. El comercio marítimo era la principal actividad económica. La familia y esclavitud eran la base de la sociedad.
La religión politeísta era explicada a través de los mitos por poetas y dramaturgos como Homero, Sófocles o Hisiode con su Teogonía. En este entorno, un grupo de científicos revolucionarios reflexionaron sobre el cosmos y el hombre, se alejaron de los mitos, y nació la filosofía.
Los filósofos antiguos entienden el hombre (antropos) como un ser que es parte de la physis, modelado a semejanza del cosmos. El hombre está constituido por un cuerpo y un alma. El cuerpo material y mortal, donde residen los sentidos. El alma inmortal (o mortal), espiritual (o material) donde reside el logos, la inteligencia, el “nous”, el razonamiento, la esencia del hombre. La finalidad del hombre es encontrar la felicidad a través de la virtud.
El concepto de dualidad antropológica ha sido una constante en la historia de la filosofía. La problemática cuerpo / alma ha sido tratada desde los filósofos clásicos hasta la actualidad. Quizás ahora más centrada en el problema mente / cerebro y las diversas teorías, tanto dualistas (los “qualia”) como monistas (identidad).
La escuela eleática. Parménides
resumen El hombre en la filosofía y pensamiento clásica griega antigua
La escuela eleática, con Parménides (540-470 aC) a la cabeza, creía que la comprensión profunda del mundo real sólo puede ser captada por la razón y que de los sentidos sólo podemos extraer una opinión (doxa); la percepción sensorial es vista como un engaño epistemológico de los sentidos (la neurociencia y la observación de fenómenos cuánticos estarán de acuerdo con esta afirmación). Platón (427-347 aC) coincidió con Parménides, diciendo que en el mundo sensible sólo se puede percibir copias de las ideas, pero la realidad de éstas, residen en el mundo inteligible. El empírico Aristóteles (384-322 aC) creía que la realidad se encuentra en el mundo de los sentidos.
Parménides, a través de la doctrina del ser-UNO, llega a la conclusión de que no puede existir el cambio (nada puede ser creado de la nada), mientras Heráclito (540-480 aC) mantiene que lo único permanente es el cambio, considerando que la estabilidad es una apariencia que esconde el cambio. Aristóteles, considera que el hombre (y cualquier ser) puede estar en acto y en potencia, el ser en potencia es todo aquello que tiene capacidad para llegar a ser; y el ser en acto es lo que es, en un momento determinado. El cambio lo define como el paso de convertir en acto lo que tiene en potencia y evolucionar hacia un destino final. Este cambio debe producirse en base a una causa (causa eficiente: que es otro ser). Todo ser puede ser causa eficiente de un cambio. Se establece por tanto un sistema organizado e interdependiente entre todos los seres (ecosistema aristotélico).
Enlace con otros textos de filosofía clásica
1.Filosofía clásica griega
2.Filosofía clásica medieval
3.Filosofía clásica renacentista