Remedios Varo pinceladas de filosofía

Remedios Varo pinceladas de filosofía. sbags

Remedios Varo pinceladas de filosofía

1941 Casablanca. En el Café de Rick, Sam toca “As time goes by” mientras Humphrey Bogart e Ingrid Bergman recuerdan que siempre les quedará Paris. No demasiado lejos, Remedios Varo vive también su película, acaba de llegar de Marsella, ha viajado en la bodega de un barco, apiñada con 100 personas más, pero ya tiene los visados y dentro de unos días tomará el barco que la llevará a Méjico para empezar una nueva vida. Tiene 33 años.
Remedios Varo pinceladas. sbags
En 1908 nace Remedios. Nació en Anglès, como podía haber nacido en cualquier otro lugar que el trabajo de su padre los hubiera llevado. Le pusieron de nombre Remedios, el mismo nombre que su hermana, muerta prematuramente. La sensación de ser “la sustituta” la acompañó toda la vida. Su padre, Rodrigo Varo, ingeniero hidraúlico, andaluz, le despertará la curiosidad por la ciencia. Su madre, Ignacia Uranga, de raíces vascas, le mostrará la naturaleza, paseando por la orilla del Ter, recogiendo flores y hojas. Tenía dos hermanos, ella era la mediana.
1913 marchan a Marruecos y en 1917 la familia se instala en Madrid.
Con 16 años, Remedios Varo, inicia sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, aprendió las técnicas de la pintura con gran afán perfeccionista, explorando nuevos caminos, y formó parte de grupos vanguardistas, y sobre todo, visita el Museo del Prado donde se empapa de la pintura del Greco, del renacimiento italiano y de Goya.

Remedios y el surrealismo

En 1930 termina los estudios, se casa en Gerardo Lizarraga, compañero de la Academia y van a vivir a Paris. Dos años después se separa de Gerardo y vuelve a España, a Barcelona, donde hará trabajos de publicidad.
A expuesto algún cuadro, pero siempre de forma colectiva. Con el pintor vanguardista José Luis Florit, que conoce de los tiempos de la Academia, hacen una exposición conjunta en Madrid, en 1935. En 1936 expone en la galería Catalonia de Barcelona.
En plena guerra civil, con 29 años, conoce a Benjamin Peret, poeta surrealista francés, el amor de su vida, y se trasladan a vivir a Paris. Tendrá acceso al círculo de André Breton, donde conocerá personajes del mundo del surrealismo como: Max Ernst, Victor Brauner, Joan Miró, … además de Leonora Carrington, con la que se hará amiga para siempre. En 1938 participa en una exposición surrealista.
La invasión alemana trastorna la vida de la pareja, son encarcelados por sus ideas y cuando pueden se trasladan a Marsella con la intención de conseguir unos visados y huir a México.
Si, Remedios Varo tiene ahora, 33 años, se encuentra en Casablanca de camino hacia América. A tenido que marchar sola, con la esperanza de reencontrarse con Benjamín en México. El aspecto un poco enfermizo no esconde la serena belleza de la mujer ni una vitalidad que se le escapa por los poros de la piel.

Remedios Varo en México

Remedios Varo pinceladas de filosofía

En 1941, Remedios Varo, llega a México. Llega cargada de fuertes experiencias. Ha recibido un montón de influencias: de la familia, de sus compañeros, de los cuadros del museo del Prado, del surrealismo, de la guerra. En México ampliará el campo de referencias: esoterismo, mitos mexicanos, … Trabaja en el campo de la decoración, la publicidad, diseño de vestuario, propaganda antifascista … de todo, con el fin de ganarse la vida.
En 1948, con 40 años, se separa de Benjamín y participa en una expedición científica, en Venezuela, para estudiar insectos a través del microscopio, lo que le proporcionará un interés por los detalles que reflejará en sus cuadros.
Un año después vuelve a México donde se dedica a trabajos comerciales.
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En 1952, con 44 años, su vida da un vuelco. Se une a Walter Gruen, que la convence y la ayuda a dedicarse de lleno a la pintura. A partir de entonces inicia una etapa prolífica, fuertemente creativa. Conjuntamente con Leonora Carrington se adentra en el ámbito de la mística, la cábala, la alquimia, el tarot, la magia, la filosofía, el budismo, … Su naturaleza observadora, curiosa, exploradora, le permite asimilar todos los conocimientos, detecta las verdades universales, integra tradiciones distantes en el tiempo y el espacio, relaciona el mundo del mito con el mundo científico, los transforma, crea simpatías, descubre afinidades y armonías entre formas geométricas y animales y plantas, ordena y construye pequeños cosmos donde cada elemento tiene su función. Y todo ello cristaliza en su obra, llena de fuerza, de detalles, de significado artístico y significado filosófico, de mensajes que hay que ir descubriendo. Cuadros muy elaborados con tiempo y paciencia y de los que hace surgir el imprevisto y al azar.
Hace exposiciones, donde le llega el éxito y vende todos los cuadros.
En 1963 pinta “Naturaleza muerta resucitando”. Será su último cuadro. En octubre, muere de un infarto, todavía no tenía 55 años.
Remedios Varo, observadora, integradora, comunicadora, ha sabido transmitir a través de las pinceladas de sus cuadros, su universo, su filosofía.

Enlace con otros textos de filosofía clásica

1.Filosofía clásica griega
2.Filosofía clásica medieval
3.Filosofía clásica renacentista
4.Filosofía básica

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